martes, 30 de julio de 2013

             El Viaje De Un Lobo Solitario.

Capitulo 4: El Reencuentro.

Pensé que todo acabaría allí, pero no era así... estuve inconsciente por culpa de toda la sangre que perdí y por la alta fiebre que tenía, pues estuve así durante 3 meses. Al despertar me encontré a Jack a mi lado, yo estaba en una cama, me levanté poco a poco ya que aún me dolía todo el cuerpo y más la pierna y cara, y al levantarme me miré en un espejo y estaba vendadas ambas heridas… yo me quite el vendaje de la cara para verme la herida y ver el estrago de aquel día, al destaparme me vi un buen corte que me cogía gran parte de la cara y todo el ojo izquierdo el cual al abrir no lograba ver nada y el color de ese ojo se volvió blanco puro. Escuché pasos detrás de mí, me giré y me encontré a alguien que no esperaba; Alice, ¿qué hacia ella allí o mejor dicho que hacia yo en aquel sitio?
- ¡Zack, ¿qué haces de pie?, acuéstate, aún no estas mejorado del todo!
- ¿Alice?¿De verdad eres tú?
-Claro que soy yo, venga acuéstate.
Me acompañó a la cama y al tumbarme vi como Jack se coloco en mis pies para estar junto a mí.
- Siempre que te veo estás herido, nunca cambiaras.
- Lo siento Alice, ¿cómo he llegado hasta aquí?
- Jack, él me llevo hacia donde estabas, sabía que te había pasado algo, lo reconocí porque es el único lobo negro que conozco de esta zona. Es una buena mascota y un amigo fiel, no se ha separado de ti durante este tiempo.
- ¿Cuánto tiempo llevo aquí inconsciente?
- 3 Meses y la verdad que con la fiebre y esas heridas no sabia si saldrías adelante, recé para no perderte.
- Tranquila no soy tan fácil de abatir y conmigo no se acaba tan fácilmente. Alice siento haberme marchado como me marché aquella noche... no quería que sufrieras por mi culpa.
- Te entiendo Zack, pero aunque no lo creas he estado sufriendo desde ese día ya que no quería que te pasara nada ni te alejaras de mi.
- Alice, lo siento de veras no me volveré a marchar nunca mas así, lo prometo, estaré junto a ti por siempre.
- Eso es lo que he deseado siempre y ahora no te dejaré marchar.
Después de esas palabras Alice me besó. Nunca pensé que pudiera sentir eso que sentí en este momento hacia alguien, sentí que sin ella a mi lado podría morir. Cuando sanaron mis heridas le conté todo lo que ocurrió y le dije que debíamos marcharnos de allí pero que antes debía pasar por mi casa.
Al llegar vi como esa casa estaba patas arriba, habían entrado y arrasado con todo y destrozado toda la casa, recogí mi armamento escondido, espada, cuchillo y ropa de combate y nos marchamos de allí a un pequeño pueblo al oeste de allí llamado Midgar, donde Alice y yo formamos una pequeña casa y una pequeña familia, yo traía comida, pieles, agua y sobretodo dinero a la casa mientras cuidaba a Alice y a nuestra primera hija Erika.
A la que enseñé a luchar por si alguna vez me ocurría algo ella pudiera defender a Alice y a su nuevo hermanito James. Pero algo ocurrió cuando mi Erika tenia 8 años, James 4 años, Alice y yo 27 y 28 años; Jack aullando en mitad de la noche me despertó y vi como la casa donde vivíamos estaba en llamas, le dije a Alice que había llegado el momento que cogiera a los niños y se marchara de allí lo antes posible, cogí mi nueva espada Wolf´s y salí de la casa por la puerta delantera mientras Alice y los niños salieron por la puerta trasera.
Y allí me los encontré, de nuevo a los encapuchados, eran 3 y en el centro el asesino de mis padres y Elisabeth.

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