domingo, 28 de julio de 2013

         El Viaje De Un Lobo Solitario.



Capitulo 1: El Inicio De Mi Nuevo Ser.

Todos nacisteis junto a vuestros padres, quienes os cuidaron, protegieron y os vieron crecer… Suerte de todos ya que mi vida no fue así; yo en mi mas tierna infancia, a la edad de 9 años, escuché ruidos en el piso bajo de mi casa, ruidos que me resultaron muy raros y más al escuchar golpes fuertes y gritos. Tengo que decir que vivíamos en una pequeña casa hecha por mi padre en un pequeño prado.
Al bajar vi como estaba toda la parte inferior de mi casa patas arriba y como un hombre encapuchado sacaba un cuchillo del cuello de mi madre, ella calló al suelo todo ensangrentada y mi padre a su lado ya sin vida, el hombre al verme comenzó a reír y se marcho de allí diciéndome: "Algún día nos volveremos a ver y espero no acabar contigo tan fácilmente". Al marcharse yo me acerque al cuerpo de mi pobre madre, al levantar su cabeza ella ya había fallecido… y allí estaba un niño de 9 años llorando junto a los cuerpos sin vida de sus padres, en ese momento mis sentimientos murieron al igual que mi sufrimiento, ya que cuando pasaron varias semanas tuve que alimentarme de los cuerpos sin vida de mis padres… Su sabor, el sabor de la carne humana y de su sangre, fue un sabor que nunca olvidaré ya que sólo tenía hambre de carne y sangre humana,    ya que la animal si me saciaba pero no por mucho tiempo y no era el mismo sabor ni por asomo.


Durante un año estuve vagando por esas tierras en busca de más carne humana, me convertí en un cazador nato, eso sí, primero me fijaba en la persona, siempre espiaba sus pecados, nunca mataba por diversión,sólo si esa persona se lo merecía, a veces ayudaba a ciertas personas pero nunca por compasión sino por pena, por el simple hecho que al sufrir un trauma tan grande de chico pensaba que la gente que estuviera en peligro necesitaba una ayuda que yo nunca recibí.



 Una noche mientras descansaba en una zona de un bosque aparecieron unos tipos a los que les robé mas de una vez para ayudar a unos chicos sin comida y abandonados a su suerte, uno de estos tipos se acerco a mi y me pateó el estómago para despertarme, del mismo dolor pues claro que me desperté, pero no podía moverme del mismo dolor, recuerdo que eran cuatro, todos estuvieron espiando todos mis escondites para pillarme por sorpresa y poder acabar con ese ladrón. Todos empezaron a darme una paliza hasta que en un momento escuché el aullido de un lobo que saltó encima de uno de ellos mordiéndole el brazo izquierdo.
Los demás asustados intentaron atacarle pero el lobo tan negro como la noche esquivaba todos los golpes de esos tipejos y se abalanzaba sobre todos como si nada. Esos tipos se fueron de allí corriendo, jurándome que vendrían a por mi en otro momento. Me dejaron solo junto a ese lobo que parecía un lobo adolescente negro, tanto que se confundía en la oscuridad de la noche y sus ojos rojos como la sangre misma que recorría sus afilados colmillos, nos quedamos mirándonos fijamente y vi como se acercaba hacia mí, yo después de la paliza que me dieron esos malditos no podía moverme mucho ya que estaba sangrando y no podía moverme bien del dolor. Ese lobo se acercó a mí a olerme, después de un rato, se puso a limpiar mi sangre y a sentarse junto a mí para darme calor y protegerme, nunca pude imaginar como una bestia como esa podría estar junto a mí sin querer herirme ni nada, no sé... había algo especial en ese lobo que me hacia confiar en el como si pudiera saber que pensaba o como si desde siempre me estuviera vigilando y cuidando.


A la mañana siguiente él ya estaba despierto vigilando que pudiera dormir bien, al darle la luz del sol sobre su pelaje vi que al ser tan oscuro su pelaje brillaba muchísimo y sus ojos no parecían tan temibles como en la oscuridad de la noche, en esa mañana fuimos a un pueblo cercano para buscar la forma de cerrar algunas heridas provocadas por esos estúpidos que me atacaron la noche anterior, el pueblo más cercano estaba a unos kilómetros. Al llegar hambriento y con algunas heridas aún sangrando, caí al suelo y perdí la conciencia por tanta perdida de sangre. Pasaron unas horas y sentí unas manos suaves acariciándome la cara y al abrir los ojos vi a una chica de ojos azules a mi lado, al verla me asuste y me aparte, vi que estaba en una casa y esa chica estaba cuidándome.

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